¿Por qué mi perro no viene cuando lo llamo?

Puede ocurrir que tu perro sí te obedezca en casa, pero no en la calle, ¿por qué ocurre? Existen muchas causas que pueden explicar este comportamiento, por ejemplo, una socialización pobre o nula. En este caso el can no ha aprendido a relacionarse con los estímulos e individuos que forman parte del entorno, como personas, perros, la calle, plazas, el campo, etc. Entonces, el perro no obedece cuando ve a otros perros, personas o cuando visitas ciertos lugares, como el parque. Ante la falta de socialización en el perro se suele observar también miedo o reactividad ante ciertos estímulos.

Los perros especialmente nerviosos e hiperactivos también pueden dejar de responder a la llamada en la calle, así como aquellos que tienen un estado de sobre excitación. En este estado es muy difícil que el perro consiga concentrarse en las llamadas u en otras órdenes de sus tutores, ya que responderá únicamente a su instinto. En estos casos es importante preguntarnos si nuestro perro padece problemas de estrés o ansiedad.

Aunque no debería ocurrir si el perro tiene bien trabajada la orden de venir aquí, lo cierto es que algunos perros se distraen cuando visitan entornos nuevos, debido a la multitud de estímulos que perciben. Esta causa representa un riesgo para su seguridad, por lo que es importante tenerlo en cuenta y habituarse a distintos entornos de forma regular, visitando parques, plazas y todo tipo de lugares nuevos.

5 trucos para que tu perro venga cuando lo llames

1. Escoge el nombre ideal para tu perro

El momento de elegir el nombre de nuestro perro no debe ser interpretado como un simple detalle inicial de la adopción. La elección del nombre es un aspecto fundamental para su crianza y tendrá gran impacto en su educación. Utilizarás el nombre de tu peludo para llamar su atención antes de indicarle cualquier orden. Por ello, tanto el peludo como el tutor deben sentirse identificados con el nombre elegido, ya que será parte del vínculo que formarán por toda su vida compartida.

Obviamente, no existe un manual de normas a la hora de escoger el nombre de nuestros mejores amigos. No obstante, es importante conocer algunas recomendaciones que serán útiles en tu día a día. Por ejemplo: si lo nombras con palabras que utilizamos habitualmente, como "mañana" o "día", ello puede confundirlo y dificultar su identificación. Si eliges un nombre muy largo o difícil de pronunciar, terminarás utilizando algún sobrenombre para convocar a tu peludo.

2. Elige una palabra para llamarle y utiliza siempre la misma

Antes de empezar a enseñar una nueva orden a tu perro, necesitarás elegir una única palabra para designarla. Recuerda siempre preferir un término corto, que facilite la comprensión de tu mejor amigo, pues él deberá conectar esta palabra con tu pedido para ejecutarlo exitosamente. Para llamar a tu perro, podrás emplear términos como, "ven" o "aquí", por ejemplo. Y recuerda emplear siempre la misma palabra al momento de enseñarle a reconocer la llamada.

3. Enseña a tu perro a venir aquí con premios

Para que tu perro entienda esta nueva orden, lo ideal es ofrecerle una recompensa a cada vez que responda exitosamente a tu llamada. El refuerzo positivo es el mejor método para enseñar a tu mejor amigo, prevenir malas conductas y estimular su aprendizaje. Los premios no necesariamente deben ser golosinas; también puedes utilizar caricias, juguetes o palabras. Lo importante es darle una recompensa a tu peludo a cada tarea ejecutada exitosamente, como venir hacia ti cuando utilizas la palabra de llamada.

Al contrario, la violencia física y emocional es contraproducente y peligrosa. En una situación negativa o humillante, tu mejor amigo no podrá desarrollar sus capacidades cognitivas ni comprender cuáles son los comportamientos positivos que esperas de él. Pero si recompensas sus buenas conductas y reconoces sus esfuerzos a diario, estarás estimulando su mente y mejorando el vínculo entre ustedes. Y estos son aspectos indispensables para el aprendizaje de tu peludo.

4. No utilices la llamada para regañarle

Desde luego, reafirmamos que regañar a tu perro no es un método recomendable para llevar a cabo su educación. El regaño es una situación de elevado estrés que provoca sentimientos muy negativos en los perros, como miedo o ansiedad. Si utilizas la llamada para expresar tu enfado y señalar esta actitud inapropiada, tu perro podrá asociar estas palabras a estos sentimientos negativos. Y ello dificultará que te obedezca y venga al escuchar la llamada.

Si queremos señalar una conducta inapropiada, utilizar un simple "No", en un tono de voz equilibrado y firme. Además, tu lenguaje corporal también deberá expresar lo que tus palabras dicen. Cuando le decís un "No" firme y directo, tu actitud también debe ser de ignorarlo momentáneamente, con una postura serena pero indiferente. Sin expresar enfado o incrementar el nivel de estrés de este contexto. De esta manera, tu mejor amigo podrá comprender que su comportamiento no ha tenido una buena recepción, ya que no ha generado tu aprobación ni ha llamado tu atención.

5. Mejora el vínculo con tu perro

El vínculo que mantienes con tu perro es un aspecto clave para su educación. Los perros obedecen a sus tutores con respeto y afecto, y no por miedo o sumisión. Cuando tu mejor amigo siente confianza en ti y percibe que su amor es retribuido, este vínculo muy especial le brinda el ambiente y las condiciones óptimas para desarrollar sus habilidades cognitivas, sociales y emocionales.

Por ello, toma tu tiempo para crear momentos de calidad con tu mejor amigo en tus tiempos libres. Durante la semana, intenta reservar por lo menos 45 minutos para con tu perro; la actividad física y el esparcimiento mental vendrán bien a ambos. Y si te gusta ejercitarte, podrás iniciarte en algún deporte junto a tu perro. Además, puedes divertirte con tu peludo también adentro del hogar, proponiéndole juegos de inteligencia o enseñándole algunas órdenes básicas de obediencia.